La bandera de  México Purepechas
Bandera de México
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A la llegada de los españoles a Tenochtitlan, el cazonci purépecha era Zuanga, hijo de Tzitzispandácuare que, a su vez, heredó el trono a su vástago Tangaxuán II, quien sería el último monarca de esta importante cultura.El primer español que llegó a Michoacán fue Cristóbal de Olid. El logró por medios pacíficos, que los purépechas aceptaran a Carlos V, sin que su gobernante perdiera la categoría de rey. Por este reconocimiento le concedieron a Tzintzuntzan, centro del imperio, el título de ciudad, otorgándole un escudo de armas y una sede episcopal. A la postre, Nuño de Guzmán, integrante de la Primera Audiencia, desconoció estos reales acuerdos y eliminó a Tangaxuán ll; por lo que el pueblo se indignó. El humanista Vasco de Quiroga y los misioneros franciscanos y agustinos, lograron calmar la justa ira de los indígenas. Vasco de Quiroga era natural de la Villa de Madrigal de las Altas Torres, en Castilla la Vieja. Brillante abogado que se distinguiera en el limpio ejercicio de su profesión y por su extrema prudencia. Enterado el monarca Carlos V de sus virtudes, lo comisionó como miembro de la Segunda Audiencia, en la Nueva España.Ya en Michoacán, Tata Vasco, como lo nombraron los naturales, difundió la fé cristiana, construyó escuelas, hospitales, y enriqueció, en sus técnicas, las de por sí notables artesanías purépechas. Por la bondad con que don Vasco se entregara a su misión, Carlos V lo designó obispo, en el año 1538; el nombramiento lo recibió de manos del ilustrísimo fray Juan de Zumárraga. Quiroga volcó su amor y conocimientos en dos ciudades que serían centro y punto de partida en la evolución de las tierras michoacanas Tzintzuntzan y Pátzcuaro. En el período colonial, de los siglos XVI al XVIII, se levantaron conventos agustinos, franciscanos y carmelitas, de suma importancia, y construcciones civiles de severa belleza. Se inició la explotación minera Angangueo, Tlalpujahua, Inguarán y Real del Espíritu Santo, crecieron y se desarrollaron, también, en ganadería y agricultura. Gracias a los misioneros que encabezaba Tata Vasco, se elevaron los niveles culturales con la creación de colegios donde se educaban españoles, mestizos e indígenas. Un claro ejemplo se encuentra en Tiripetío, donde los agustinos fundaron la Primera Casa de Altos Estudios en América, bajo la rectoría de fray Alonso de la Veracruz.


Texto UMSNH

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